¿Qué es la teología bíblica?

Esta frase se refiere al intento de comprender y abrazar la perspectiva interpretativa de los autores bíblicos. Queremos leer la Biblia de la misma manera en que los autores bíblicos posteriores leyeron los pasajes anteriores. Queremos pensar sobre el mundo y la vida de la misma forma en que lo hicieron los autores bíblicos. Y cuando abrimos nuestra boca para hablar o empezamos a escribir, queremos que lo que fluya de nuestro corazón provenga de la manera de pensar de los autores bíblicos: su red de supuestos, las cosas que dan por sentadas, las verdades en las que creen, la gran historia del mundo, su comprensión del pecado, la virtud y la manera de responder con gratitud y alabanza a Dios. Todo esto está incluido en la frase “perspectiva interpretativa”, y cuando hacemos teología bíblica, estamos tratando de alinear nuestra perspectiva interpretativa con la de los autores bíblicos.

Todos queremos mejorar en la teología bíblica, porque queremos entender la Biblia para poder agradar a Dios confiando en Él para salvación, vencer el pecado y amarlo a Él y a Su pueblo con todo lo que somos. ¿Cómo podemos ser mejores teólogos bíblicos?

Aquí hay cuatro cosas que puedes empezar a hacer hoy. En mi opinión, estas son las actividades más importantes, beneficiosas y gratificantes, por lo que te las recomiendo:

  1. Lee grandes porciones de la Biblia en una sola sesión.
  2. Memoriza tanta Escritura como sea posible para meditar en ella día y noche.
  3. En tu meditación de la Escritura, piensa en profundidad y con amplitud.
  4. Ora para que Dios te dé entendimiento en el significado de Su Palabra.

Permíteme comentar cada una de estas en más detalle.

1. Lee grandes porciones de la Biblia en una sola sesión.

Si lees un capítulo de Génesis al día, llegarás al último capítulo en 50 días. Para entonces, lo que leíste al principio del libro ya no estará fresco en tu mente. Pero si lees todo el libro en un solo día, o si lees 25 capítulos un día y el resto al siguiente, recordarás muchos más puntos de conexión. Leer todo el libro en una sola sesión, o al menos 25 capítulos, te permitirá sumergirte en una “lectura profunda”. Incluso leer diez capítulos te pondrá en posición de empezar a absorber el mundo de la Biblia. Respira su aire. Escucha sus sonidos. El pasado es un país extranjero. Allí hacen las cosas de manera diferente. Tenemos que aclimatar nuestro ser moderno al mundo que habitaron los autores bíblicos.

2. Memoriza tanta Escritura como sea posible para meditar en ella día y noche.

Mientras lees, toma nota de los versículos que son frescos, penetrantes y conmovedores. El Señor nos habla a través de Su Palabra. Queremos que Sus palabras estén escritas en las tablas de nuestro corazón. Podemos inscribirlas allí repitiéndolas constantemente hasta que conozcamos la frase, las oraciones, los párrafos, los flujos de pensamiento y, en efecto, el contenido de la Biblia.

No te sientas intimidado por la memorización mecánica. Toma un versículo o parte de él y léelo diez veces seguidas. Luego cierra los ojos o mira hacia otro lado e intenta decirlo diez veces. Sospecho que después de la vigésima vez, prácticamente lo habrás memorizado. Si haces esto por la mañana, repásalo durante el día para ver si aún puedes recitarlo. A la mañana siguiente, pasa al siguiente versículo y repite el proceso. Un versículo al día se acumula rápidamente.

3. En tu meditación de la Escritura, piensa en profundidad y con amplitud.

Escribir las palabras de la Escritura en las tablas de nuestro corazón (es decir, memorizar la Biblia) nos coloca en posición de meditar en lo que dice. Este proceso de meditación es un “pensamiento profundo”. Busca entender las palabras del versículo en su contexto. Una vez que hayas analizado detenidamente el versículo, como alguien que está muy cerca de un árbol en particular observándolo de cerca, retrocede un poco y examina su entorno. Considera el versículo en el contexto del libro entero. Cuanto más del libro hayas memorizado, más fácil será esto. Luego, considera el versículo en el contexto de toda la Biblia. De la misma manera que alguien examina un árbol en un bosque y luego retrocede para verlo en el contexto del bosque completo, podemos alejarnos de un versículo en particular para verlo dentro de la totalidad de la Escritura. Cuanto mejor conozcamos la Biblia, más fácil será esto.

4. Ora para que Dios te dé entendimiento en el significado de Su Palabra.

He enumerado estos consejos en orden (1, 2, 3, 4), pero en realidad deberías empezar a hacer todas estas cosas juntas y no verlas como pasos secuenciales. En todo momento, antes de comenzar, mientras lees, cuando intentas memorizar y mientras meditas, pídele a Dios que te conceda entendimiento. Él inspiró las Escrituras por Su Espíritu. Jesús abrió la mente de Sus discípulos para que entendieran la Biblia. Pídele al Señor que haga lo mismo por ti.

Ora para que Dios te permita ver las cosas desde la perspectiva que inspiró a los autores bíblicos a tener. Pídele que traiga a tu mente pasajes relevantes de otras partes de la Escritura. Busca al Señor en cuanto a cómo los pasajes que lees, los versículos que memorizas y en los que meditas demandan que cambies tu manera de pensar, esperar, desear, elegir y actuar. Y en medio de todo esto, clama al Señor Jesús para que habite en ti por Su Palabra.

Pídele que haga que el Espíritu fortalezca tu corazón por la fe para que puedas conocer Su amor, que sobrepasa todo conocimiento. Adora al Padre a través del Hijo por el poder del Espíritu. Comunícate con Dios mientras lo escuchas a través de Su Palabra. Disfruta de Su presencia, la cual Él media a través de las palabras que inspiró a los autores bíblicos para escribir. Contempla la gloria de Dios en el rostro de Cristo.

Y serás un mejor teólogo bíblico.