Pablo utiliza la frase “obras de la ley” ocho veces en sus cartas: Romanos 3:20, 28; Gálatas 2:16; 3:2, 5, 10. El término no aparece en el Antiguo Testamento, pero sí se encuentra en la literatura judía de la época del Nuevo Testamento. Entonces, ¿qué significa esta frase? Existen varias propuestas.

Primero, algunos sugieren que “obras de la ley” se refiere a las obras que la ley produce. Este punto de vista argumenta que la ley misma genera obras malas, de manera similar a lo que vemos en Romanos 7, donde el pecado utiliza la ley para producir maldad. Sin embargo, esta interpretación no concuerda con el pensamiento de Pablo. Pablo argumenta que nadie es justificado por la ley debido al pecado humano. El problema no es la ley en sí. La ley es buena y justa. De acuerdo con Pablo, en Romanos 3:20 y Gálatas 3:10, la ley no justifica debido al pecado humano, no porque las obras que la ley demanda sean malas.

Otra interpretación es que “obras de la ley” se refiere al legalismo, la idea de que las personas intentan ganar el favor de Dios cumpliendo la ley. Aunque Pablo condena claramente el legalismo en algunas de sus cartas, esta no parece ser la idea central de la frase “obras de la ley”.

Una tercera interpretación proviene de la Nueva Perspectiva sobre Pablo. Esta perspectiva sostiene que “obras de la ley” se refiere a los marcadores distintivos que separan a judíos de gentiles, como la circuncisión, las leyes alimentarias y el sábado. Según esta visión, Pablo no está criticando la ley en sí, sino el exclusivismo de los judíos. Sin embargo, aunque Pablo ciertamente aborda problemas de exclusión de los gentiles, su preocupación no se limita a la división entre judíos y gentiles. El problema de la ley en Pablo es más general y está relacionado con el papel de la ley en la salvación.

La interpretación más probable es que “obras de la ley” se refiere a toda la ley, incluyendo todos los mandamientos y las obras que exige. Esta es la interpretación más sencilla y se alinea con el argumento de Pablo en Romanos y Gálatas. En Romanos 3:20, Pablo dice que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Dios, porque por medio de la ley viene el conocimiento del pecado. Y en Gálatas 3:10 dice: “Todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, porque escrito está en Deuteronomio 27:26: ‘MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS.’” Pablo está diciendo que nadie puede ser justificado por la ley porque la ley exige obediencia perfecta a todos sus mandamientos, algo que ningún ser humano puede lograr.

La literatura judía de la época también respalda esta interpretación. La frase “obras de la ley”, en textos de los Rollos del Mar Muerto, a menudo se refiere a todas las obras demandadas por la ley, tanto morales como ceremoniales. Esto refuerza, una vez más, la idea de que Pablo se refiere a toda la ley, no solo a los marcadores distintivos judíos.